ELABORACIÓN
O cómo convertir el papel de desecho en una joya
Seleccionar el papel
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Para comenzar el proceso, imagino los colores que quiero combinar y voy armando una paleta con la cual trabajar. A partir de ésta selecciono el papel desde revistas, folletos, papel de envolver o cualquier otro, que llame mi atención por sus colores y diseños.




Marcar y cortar
Una vez elegidos los papeles decido qué forma de cuenta resaltará mejor sus colores y diseño. Para eso hay que marcar y cortar el papel de maneras especÃficas; por ejemplo, para hacer cuentas tipo perlas hay que cortar tiras de papel muy largas en forma triangular, para hacer discos las tiras deben ser rectangulares (y luego ser dobladas), y para hacer conos también se necesitan tiras triangulares, pero más cortas.
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¡Enrollar!
Esta es la parte que más me gusta del proceso y consiste en tomar cada una de las tiras de papel recién cortadas y ¡comenzar a enrollarlas! Uso palitos de bambú y mondadientes de distintos tamaños, dependiendo del resultado que quiero lograr. Finalmente, los monto sobre bloques de plumavit (anime) en espera del próximo paso.



Súper resistentes
Como el papel y el agua no hacen una buena combinación, doy un tratamiento especial a cada cuenta para que pueda resistir el paso del tiempo y el uso continuo. Para eso, uso tres capas de sellantes que aplico cuenta a cuenta con pincel, esperando que sequen muy bien entre cada mano. Este es el proceso que más tiempo lleva en la elaboración de las joyas y como resultado obtengo cuentas de papel súper resistentes. Sin embargo, a modo de precaución y para mantenerlas como nuevas, siempre recomiendo no sumergirlas, es decir, no usarlas mientras lavas, te bañas o nadas.
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Juntando las piezas
Cuando las cuentas están listas, es posible comenzar a ensamblar las joyas. En mi taller tengo varias cajitas llenas de cuentas de papel, piedras, separadores, dijes, hilos, cueros, alambres de cobre, plata, hilo de oro, etc., que utilizo para combinar con las nuevas creaciones. Con herramientas especiales voy entorchando los metales, juntando las piezas, tejiendo los hilos, dando asà forma a los diseños que tengo en la mente. Cada pieza tiene su propia historia y un cuento que contar, pues, aunque pueda repetirse el diseño, no siempre serán iguales; el papel, el corte, el enrollado o el ensamblado, las hará únicas.





De mi casa a tú casa
El proceso no termina cuando una pieza está lista, sino cuando llega a tus manos, donde sea que estés. Para embalar también reutilizo materiales de deshecho, por ejemplo, uso papel de revista para hacer las bolsas, y cajas que recolecto, por aquà y por allá, para empaquetar los diseños más grandes y delicados. Luego voy a la empresa de despachos DHL, si es internacional; ZOOM o MRW, si es nacional, para hacer el envÃo. Y recién, cuando sé que mi creación ha llegado a su nueva casa es que, satisfecha, doy por terminada esa joya de papel.